Derramada en el corazón de los otros.
Mi inglés era realmente precario, pero sentí la necesidad
de fluir a través del paisaje, de verter palabras pintadas a brochazos. La luz
era especialmente limpia ayer, una caricia amorosa sobre todas las superficies,
que bailaban imantadas al silencio creador.
Buscatesoros de océanos anímicos, pintora de la paleta de
la imaginación, bombera de llantos incendiarios, albañil de deltas en la
ciénaga, geisha del miedo, chistosa carcajeante cirujana.
Así me siento cuando soy viajera.
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